La Jornada, Sábado 27 de junio de 1998

Nina Galindo, hoy en el Museo Universitario del Chopo
El Desliz, homenaje a las musas del cine

        Arturo García Hernández. Por la fuerza de su voz por su repertorio, por la intensidad de su canto, Nina Galindo parecía llamada ser una de las bluseras y rockeras mexicanas con mayor futuro y con grandes posibilidades de ser descubierta y admirada por un público masivo. Han transcurrido ya varios años desde que aquella expectativa se generó sin que Nina haya dado el salto. ¿Qué pasó?

        La cuestión es simple, explica la cantante en entrevista: "Es el precio que he pagado por mi independencia. Nunca he recurrido a una disquera comercial, sobre todo porque uno le saca. Ocurre, y a muchos les ha pasado, que te comprometes con una gran disquera y no tienes la garanta de difusión ni de promoción que, se supone, te puede dar una empresa de esas magnitudes. Basta que no seas uno de sus artistas preferidos para que te quedes ah congelado y sin chance de irte a otro lado. Te matan".

Nina Galindo espera en un puente peatonal

        Entonces, "no he tenido esa posible difusión y promoción que te da una disquera grande, pero por otro lado he hecho lo que se me ha dado la gana; y hacer lo que se te da la gana tiene un costo".

        Con 18 años en el canto y tres discos grabados, Nina Galindo admite que hoy no reusaría acercarse a las grandes disqueras: "Conforme pasan los años sabes ms qué quieres, mientras que si eres una jovencita a lo mejor es más fácil que te moldeen y te hagan como se les dá la gana".

        Intérprete de autores como Pepe Elorza, Roberto Ponce, Roberto González, Rodrigo González. Carlos Arellano y Jaime López, entre otros, Nina asegura estar en uno de sus mejores momentos como cantante. "No me gusta hablar de madurez porque dicen que lo que madura se pudre. Pero, bueno, estoy más segura de lo que hago, tengo una voz mejor definida, más seguridad en el escenario, y estoy dispuesta a ir a tocar las puertas de las disqueras con mi nueva producción".

        El desliz es la grabación a la que se refiere Nina Galindo, en la cual ha trabajado alrededor de dos años y representa un giro en su repertorio habitual. En esta ocasión interpreta boleros en blues: "Es una especie de homenaje a las musas del cine de la época de oro y contiene canciones como Perdida, Pervertida, Amor de la calle, Hipócrita, Aventurera. En total 14 temas, incluida una canción inédita de Laura Abitia que se llama El último deseo. "

        "Dirás que ahora por qué boleros. Es como un capricho pero además tiene que ver conmigo, no necesariamente habla de mi vida pero sí me identifico, como con todo lo que canto. A mí me hubiera gustado ser Toña La Negra o una cantante de esa época. Además, los boleros son como el blues nacional".

        -Tus presentaciones en vivo se caracterizaban porque mostrabas una relación visceral e intensa con las canciones ¿Se ha modificado eso?

        -No. Sigo siendo así.

        -Pero en tus discos no aparece esa intensidad que en vivo es totalmente perceptible. Es el caso del primer disco, el que sacaste en Pentagrama.

        -Bueno, ese fue un disco que tardó seis años en salir. Pasaron diferentes productores. No doy nombres, pero fui vilmente engañada por muchas personas. El disco ya estaba más que ensayado, más que tocado, pero llegaban y les entraba la "inspiración" y hacían y deshacían. Fue toda una experiencia. Eran mis primeros pasos y mis pnmeras regadas.

        "Pero además conmigo pasa una cosa: nunca voy a quedar satisfecha de una producción discográfica. Incluso hablándote de esta última, El Desliz, a pesar de que está chingón, yo sé que no canto igual en vivo que en un estudio. Un estudio es muy impersonal, muy frío. Cantarle a un micrófono no tiene la calidez de la mayoría de mis tocadas donde te enfrentas a un público al que le das y del que recibes. Creo que me hace falta grabar un disco en vivo. Espero un día poder hacerlo".


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